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On the road


Hoy no me apetece escribir ninguna crónica. Hoy voy a escribir sobre lo que me viene encima en poco más de un mes, en todo el recorrido que llevo y que culminará el 3 de julio. Ese día haré mi primer triatlón de larga distancia, será el Ironman de Frankfurt. Cuando empecé en este deporte nunca pensé en realizar un ironman, nunca fue mi objetivo para ir practicando triatlón. El 3 de julio haré un Ironman porque creo que ha llegado el momento, porque creo que estoy preparado.

Empecé en el 2011 con un sprint y un olímpico, en el 2012 debuté en la media distancia y hasta ahora no he creído que podía finalizar un triatlón de larga distancia, 3800m nadando, 180kms en bici y 42kms corriendo. Porqué ahora si? Pues por varios motivos, el 1º es que en casa tengo el apoyo incondicional de mi familia, el 2º porque estos últimos 2 años he realizado varios triatlones, olímpicos y de media distancia, en los que veo que tengo un control absoluto sobre la distancia y como responde mi cuerpo ante estos esfuerzos, tanto de intensidad como de volumen; y 3º porque mi cuerpo es capaz de asimilar entrenos mas duros, de mucha intensidad y sobretodo de más volumen y recuperando relativamente rápido, además el cuerpo aprende a tirar más de grasas con lo cual las pájaras ya no forman parte de mis tiradas largas.

Desde que decidí realizar el IM han cambiado ciertos hábitos, sobretodo en la planificación de los entrenos y en la alimentación. Tengo la suerte de tener el entrenador en casa, y no cualquier entrenador.

Mi padre, José Marín ha sido uno de los mejores marchadores a nivel mundial en la década de los 80, campeón y subcampeón de Europa, subcampeón del mundo, recordman mundial, cuatro olimpiadas... son algunos de los resultados de su currículum deportivo. Como entrenador ha tenido a sus órdenes atletas de la talla de Valentín Massana, Beatriz Pascual o Raquel Gonález. Pocas personas en el mundo pueden tener un conocimiento y una experiencia tan grande sobre entrenamiento y planificación. Eso intento aprender y poner en práctica. Qué tipo de entrenamiento es el mas adecuado segun el momento de la temporada, cómo mejorar los aspectos más flojos o necesarios para rendir mejor y sobretodo cómo compaginar el entrenamiento con el trabajo y la familia y rentabilizar al máximo el poco tiempo disponible. Conocerse a uno mismo y saber cómo responde el cuerpo a los entrenos es primordial para entrenar con sentido y siguiendo una norma básica: de dónde vengo, a dónde voy y de qué medios dispongo (materiales, temporales...)

El segundo hábito que he mejorado este año es la alimentación, igual que con el entrenamiento, conocer qué alimentos me sientan bien y en que momentos tomarlos hace que el rendimiento pueda ser más elevado. Qué debo comer para recuperar, para mantener el peso idóneo, para rendir en competiciones sin tener problemas gastrointestinales; y a la vez, qué alimentos debo evitar o limitar para no empeorar lo conseguido con el entreno.

Otro factor importante para poder realizar un IM con cierto éxito creo que debe ser la alimentación durante la prueba. Recuerdo el primer triatlón de media distancia, el Half de Calella en el 2012, no llevaba ni geles ni barritas, en la bici solo bebí isotónico, en los aviuallamientos fui comiendo y bebiendo de lo que me daban, sin saber si me sentaría bien o no, el resultado no fue malo, 4h38', pero tuve un bajón importante en los últimos 8kms de la carrera. A lo largo de las diferentes pruebas y entrenos he ido probando diferentes productos hasta llegar a lo que creo que me puede ir bien en el ironman.

Durante estos años he tenido lesiones que no me han dejado rendir al máximo en ciertos momentos, he aprendido sobre anatomía, biomecánica, productos farmacéuticos, cremas, técnicas de fisioterapia... He pasado también por épocas con buen rendimiento en los que he realizado buenas marcas en atletismo, tiempos que ni soñaba cuando empecé a entrenar en el 2011. Estos viajes de ida y vuelta, competiciones, lesiones, entrenamiento, alimentación, gasto en productos útiles e inútiles... al más puro estilo Dean Moriarty en la ruta 66, son necesarios para adquirir la experiencia necesaria que me permitirá afrontar retos mayores, controlando al máximo los factores que rodean la preparación de un ironman.

Por último, pero quizá lo más importante es contar con el apoyo familiar, sin él es imposible compaginar los entrenos con el trabajo y la vida familiar. En mi caso con dos hijos de 5 y 3 años, sin el apoyo de mi mujer no podría preparar un triatlón de larga distancia. Por suerte, María entiende que el deporte debe estar presente en la vida cotidiana, ella es profesora de Educación Física y compartimos esta visión del deporte aunque, seguramente la preparación de un ironman se pasa de lo que entendemos por deporte y vida sana. Pero María me conoce, sabe que necesito hacer deporte, quizá no hasta este extremo, sabe que la constancia y el esfuerzo son valores del deporte que están muy presentes en el triatlón y más en un ironman; y esto supone una inversión de tiempo importante. Intento que esto influya lo menos posible en la vida familiar, me gusta estar con mis hijos, a veces supone ir a buscar a los niños al colegio después de 30kms por montaña o ir a pasear un domingo después de 150kms de bici cuando lo que más apetece es tumbarse y descansar. Pero estas son mis circunstancias, con ellas convivo y me gusta, me hace feliz, mi mujer lo sabe y lo entiende y por eso se lo agradezco profundamente, por dejarme ser feliz sea cual sea el resultado final, el camino es lo importante y disfrutar al máximo de cada uno de los logros conseguidos con el esfuerzo de todos los que me rodean.

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